Aquella mujer
dice haberlo hecho
con sus propias manos
y pone sobre la mesa
el fruto de su trabajo
interrumpiendo el café
a cambio de unas monedas
Laura la mira
y sólo quiere que se vaya
cuanto antes
Puedo sentir
su desconfianza
hurgándome todo el cuerpo
como una energía extraña
Siempre pude sentir
Sus manos luego
como dos soles de carne
iluminándome el pecho
mientras en tiempo extra
el mundo nos mira
y nosotros somos
desde una bicicleta
Ella
corteza de árbol
que nace
se desprende
una y otra vez
de la memoria
para dejar esta vida que tengo
renovada
y lustrosa
Recuerdo que nos hallamos
sin habernos buscado
y cuando empezó la búsqueda
es que nos separamos