
Déjame vivir para siempre
bajo la inclemencia de tu cuerpo deseante
Que cuando ya no retumben más
los tambores de esta guerra
quizá nuestras historias vuelvan a tramarse
Siempre hice de la vida
un tránsito solitario
en el que busco solo
no morir antes
del próximo encuentro
que me permita al fin hallarme
A veces necesito tanto
de sus manos acariciando mi cabeza
Y el mundo más allá de mis niños
casi no tiene sentido
Y no soy tan duro
Al contrario
me deshago como pan viejo
en miles de razones
que dan cuenta
de mi travesía
Lo inevitable trastorna mi mundo
y en esta hora vital
decido dejar que esta historia
apure un tanto el paso
y me permita al fin desaparecer
tras el horizonte de tu desazón
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