
Me huelen
a tu cuerpo las manos
y el tiempo
se autoexilia
al canto mañanero de las aves
el único lugar donde encuentra sentido
Las horas solo cuentan
mientras la arena juntada
de nuestros cuerpos
pasa una y otra vez
por la garganta estrecha
de la finitud de esta era
Y el eco desbordado
de los TE AMO
se burla gozoso de la muerte
amenazándola
de mañanas perpetuos
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