viernes, 6 de noviembre de 2009

RIESGO










¡Que grave! me dices
y yo respondo mas bien
¡que agudo!
que puntiagudo
que punzante
que afilado
En fin
todo lo que alcanzaron
a decir los sabios de la lengua

Y todo el equilibrio
que necesito
para estar en un lugar
como ese
es no mirar más hacia abajo
o hacia atrás
Sino
hacia el centro mismo
de sus ojos melados
y pensar que si caigo
será solo
en el precipicio
rojizo de su boca
En el desquiciante
toque de su lengua
En la extravagancia exquisita
de su risa
alterando mi razón
En el mar de sus dudas
donde me aguardan
todos aquellos monstruos
que exigen respuesta

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