miércoles, 30 de diciembre de 2009

ARQUEOLOGÍA








Deposito mi cuerpo
en la calidez obscura de tu vientre
y encallo sin angustia
en cada una
de los 19
comisuras de tus labios

Es la arena de tu piel
quien fagocita mi carne
hasta el hueso mismo
de esta historia
y me preserva del mundo
mientras nutre su esencia

Es hora ya
de dar los frutos
y a manos llenas
esparcirlos por el mundo

1 comentario:

  1. después de tanto tiempo de haber leído tus palabras en silencio, deseo que la luz bañe mi rostro, que mi voz se escuche y tu me pides un poco de paciencia.....sabes, si este es el ritmo de la paciencia.... simplemente me encanta.

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