El vasto horizonte de tu boca
hace que cada tarde
yo quiera emprender
el viaje de regreso
y me hace desear
el no poner más
mis pies lejos de tu territorio
Solo puedo hacerme
en el remanso dulce de tus labios
y mis ganas se recrean
apenas sienten
el calor cercano de tu aroma
Me acojo entonces
a tu silencio cómplice
pues las palabras ya no pueden
decir lo que se siente
Entonces
como el agua
de todas partes vengo
para inundarte el cuerpo
leve
y sin resquicio
dar forma a mi piel sobre la tuya
Es cuando el mundo
puede al fin
a pedazos caer sobre mi cráneo
la injusticia
el odio
dar sus mejores golpes
que todo
es apenas un instante
contra la eternidad de tu tibieza
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