al deseo absoluto
por tu cuerpo nuevo
y dejo dormidas mis certezas
mis razones contundentes
Me doblego como siempre
a mi propio nombre
dibujado por tu boca rojiza
A la generosa calidez
de tu piel redescubierta
que me transfigura
en agua
niebla
sueño
en pasmo sublime
de tiempo nuevo
sobre la geografía
delicada de tu cuerpo
Soy la carne
de los deseos
de tus amantes distantes
La verdad incontestable
de sudor
gemido
y cansancio pleno
La única verdad
que queda entre los dos
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