En lo alto
cómoda e inalcanzable
Sin escoba posible
o mano travieza
que pueda subvertir su estancia
Espera paciente
pues a diario escucha
que Dios proveerá
Me pregunto
para qué un ser tan minúsculo
y a la vez
tan seguro de si mismo
Imperturbable
sobre mi cabeza
Cuatro pares de ojos
mirando a detalle
el trajín monótono
del día a día
Diminuta omnipotencia
cuya certeza de vida
contrasta
con lo incierto que me espera
al atravezar el umbral
Y volveré cansado
furioso
o pletórico de felicidad
y seguirá allí
ese peludo remedo de Shiva
Y aún
cuando hayamos desaparecido
tu tela polvorienta
dará cuenta de tu obra
No hay comentarios:
Publicar un comentario